El problema...
Hablamos indiferentemente del cambio climático porque la evidencia del cambio es tan lenta; somos tímidos al usar el término crisis climática, o más realísticos de un desastre climático. Desde los 1970s sabemos que la contaminación de la atmósfera ha llegado a un nivel tal, que el calentamiento global continuara por varias décadas, aunque la contaminación hubiese terminado en 1980. Pero continuamos contaminándolo alegremente. Como consecuencia, las temperaturas continuaran incrementándose por un número de décadas impredecibles. La declaración política de limitar el aumento de las temperaturas a 2°C es una ilusión, inclusive antes del acuerdo político.
Desde que fracasó la Cumbre de Copenhague en el 2009 hasta el momento es obvio que prevalece una actitud individual de estados, aunque todo el mundo debería saber que el polvo atmosférico producido en un país se convierte en una lluvia radioactiva sobre otros países.
Positivamente, se puede notar que los esfuerzos continúan para mitigar la crisis climática y serán exitosos. Pero hay muy poca discusión sobre:
• Una catástrofe inminente de la tierra como consecuencia de la crisis climática (sequedad, desertificación, sobre fertilización) y
• Una próxima catástrofe del mar (calentamiento, vertederos continuos),
• y más aun con la perspectiva de que todos los esfuerzos para recobrar el clima se vuelve nulo si la población mundial continúa creciendo ilimitadamente.
Ya en 2009 las Naciones Unidas han constatado que la gente que sufre de hambre excede un mil millones, y crece, además de los siete mil billones que ya existen en total.
Nosotros vemos que los recursos escasearán y vemos por eso emergiendo un potencial de conflictos inestimable. Podemos vislumbrar que el continuo crecimiento ilimitado de la población agrava drásticamente los problemas climáticos y sociales.
En la perspectiva cristiana todos nosotros tenemos un tarea para preservar sosteniblemente la Creación; si, cada uno individualmente, cada organización, cada gobierno. Y todos pueden contribuir, si lo quieren. Esto debería ser una obligación ética!
¿Qué deberíamos hacer?
Esta interrelación debería ser llevada a la atención del mayor público, de manera que cada uno puede adoptar su propia actitud responsable. Adicionalmente las ciencias, los políticos y las iglesias están llamados a controlar al crecimiento ilimitado de la población.
La ciencia esta llamada para desarrollar la fórmula para una densidad responsable de la población regional.
Los políticos están llamados a establecer las regulaciones nacionales y especialmente a realizar tratados internacionales efectivos.
Las iglesias tienen una tarea extensa de educación y particularmente la iglesia católica está llamada a decidir una graduación del dogma sobre la anticoncepción y hacerla efectiva; una graduación que tome en cuenta el desarrollo demográfico, que facilite una flexibilización socialmente responsable y regionalmente flexible, y que ponga la responsabilidad personal en primer plano.
Original en alemán por: Guido Guertler guido.guertler@t-online.de
Traducido al español por: Perla Puterman S. p.p.s@cantv.net
Marzo 2010
http://www.kaguigu.com/sol%20y%20mar/html/temas_urgentes.html#crecimiento
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