domingo, 25 de septiembre de 2016

Empresas responsables, sí. Pero sólo en casa

Definitivamente las organizaciones no han entiendo que es responsabilidad social, y si lo han entendido, de repente lo aplican a conveniencia en su país de origen pero no en los países en desarrollo en los cuales operan o con los cuales tienen relaciones comerciales.


Nuevamente tiene que ocurrir una desgracia para que los titulares se llenen de malas y tristes noticias, Bangladesh ha sido nuevamente noticia de primera página y “Topic Trending” en twitter, esta vez en una fabrica empaquetadora a diferencia de las anteriores que habían sido en empresas textiles.
 ¿Por qué ocurren estos accidentes?...Muy sencilla la respuesta; porque pareciera que hay ciudadanos de primera y ciudadanos de segunda, es decir yo soy “socialmente responsable” en mi país pero en otros países me tomo ciertas libertades como hacerme la vista gorda y contratar o utilizar proveedores que infringen las más mínimas normas de seguridad en el trabajo.
Pareciera que los dueños o accionistas de estas grandes empresas, algunas de las cuales citan los medios de comunicación- que por cierto no menciono en este articulo por no tener seguridad de que esta información sea cierta- se olvidaron de los Principios Rectores sobre las empresas y los derechos humanos: puesta en práctica del marco  para las actividades empresariales y los derechos humanos de las Naciones Unidas: "proteger, respetar y remediar":  Informe del Representante Especial del Secretario General sobre la cuestión de los derechos humanos y las empresas transnacionales y otras empresas comerciales, John Ruggie.

Algunos estarán leyendo y se preguntaran, ¿pero que tienen que ver los Derechos Humanos con la Responsabilidad Social?
Recordemos la ISO 26000,  en la cual,  los Derechos Humanos no solo son un principio de la Responsabilidad Social, sino una materia fundamental que a su vez cruza tangencialmente el resto de las materias.
“El reconocimiento y el respeto de los derechos humanos son ampliamente considerados como esenciales, tanto para el principio de legalidad, como para los conceptos de equidad y justicia social y son el fundamento básico de la mayoría de las instituciones esenciales de la sociedad, tales como el sistema judicial.

Los Estados tienen el deber y responsabilidad de respetar, proteger, cumplir y hacer realidad los derechos humanos.

Una organización tiene la responsabilidad de respetar los derechos humanos, incluso dentro de su esfera de influencia.” 

Y más adelante cita:

“Respetar los derechos humanos significa, en primer lugar, no infringir los derechos humanos de los demás. Esta responsabilidad implica dar pasos positivos para asegurar que la organización evita la vulneración de los derechos, tanto a través de una aceptación pasiva, como de una participación activa.

 En relación a la esfera de influencia  y de la aceptación pasiva, vale la pena mencionar la definición de complicidad contenida en la mencionada Norma,  la cual en su contexto no legal establece: 

“una organización podría considerarse cómplice cuando ayuda a otros a cometer actos condenables, que sean incoherentes o irrespetuosos con la normativa internacional de comportamiento, y que la organización, a través del ejercicio de la debida diligencia sabía o debería haber sabido que originarían impactos negativos sustanciales en la sociedad, la economía o el medio ambiente. Una organización también podría considerarse cómplice si permanece en silencio ante actos condenables o se beneficia de los mismos”.

En la Guía para la interpretación del documento  la responsabilidad de las empresas de respetar los derechos humanos, señala que “En los tratados internacionales de derechos humanos generalmente no se imponen directamente obligaciones jurídicas a las empresas. Por tanto, la responsabilidad legal por la vulneración de las normas internacionales de derechos humanos por parte de las empresas, así como su imposición, son objeto fundamentalmente de la legislación nacional. No obstante, los actos de las empresas, al igual que los de cualquier agente no estatal, pueden afectar al disfrute de los derechos humanos por parte de otros, tanto positiva como negativamente. Las empresas pueden afectar a los derechos humanos de sus empleados, sus clientes, los trabajadores de sus cadenas de suministro o las comunidades asentadas en torno a su zona de actividad. La experiencia demuestra que las empresas pueden vulnerar los derechos humanos, y de hecho lo hacen, cuando no prestan suficiente atención a la existencia de ese riesgo y la forma de mitigarlo·.
Ayer tristemente murieron personas, no sé si, 15, 22 o 29 de acuerdo a las cifras dadas por diferentes medios, pero lo importante no es cuantos murieron, lo importante es que sean los que sean, eran seres humanos que murieron por falta de controles en uno de los temas más elementales de la Seguridad Industrial como lo es el manejo de calderas.
¿Es que las empresas clientes, probablemente multinacionales que operan en estos países o que utilizan estas empresas locales como proveedores no se aseguraron o hicieron caso omiso de lo que estaba ocurriendo? En años anteriores fueron derrumbes (mayo 2013), los incendios en las fábricas de textiles tanto en la India como en Bangladesh (noviembre 2013), esta vez una caldera y la próxima vez que...
¿Mientras tanto, donde están  las iniciativas del  (BSCI) BUSINESS SOCIAL COMPLIANCE INITIATIVEETI Ethical Trading Initiative, Fair Labour Association, que ha pasado con el Manual de implantación de la Responsabilidad Social en la cadena de proveedores, y su aplicación a la cadena de suplidores de la SAI?

Mucho Reporte de Sostenibilidad, mucho indicador GRI, mucha reputación, mucho Down Jones, pero la realidad es que Responsabilidad Social sigue sin entenderse;  y si yo en el año 2013 escribí el articulo ISO 26000 la norma que la RSE no ha sabido leer,”, hoy lo titularía: ISO 26000, la Norma que NO SE HA QUERIDO LEER.


Definitivamente es más fácil decir que la Responsabilidad Social fracaso, caduco o se agoto y seguir haciendo acción social, compartiendo valor, demostrando que se es un buen ciudadano porque se cumplen las leyes, que soy caritativo, o quizás inventando una nueva teoría de sostenibilidad pero en el fondo yo diría que todo eso es pura imagen y poco corazón.
Ing. Perla Puterman S.
@FRSIberoamerica


miércoles, 14 de septiembre de 2016

LA RSE en retrospectiva


Preguntarnos cuál es el presente y futuro de la RSE en Venezuela bajos las actuales condiciones en las que vive el país es un poco arriesgado.


En diferentes oportunidades he afirmado que la responsabilidad social empieza por casa y que las organizaciones deberían mirar hacia adentro antes de pensar en plantar un arbolito en el parque de la esquina o pintar una escuela. Siempre he dicho que primero está  la responsabilidad ante la junta directiva, está claro que ninguna empresa existe para perder dinero, ni ninguna organización para fracasar; en segundo lugar –o no sé si este está primero y el anterior de segundo, como el cuento del huevo y la gallina– está la responsabilidad ante los trabajadores (sin trabajadores no hay organización pero sin empresa, propietarios, accionistas  y ganancias no hay empleo); en tercer lugar, el entorno y dentro de ese entorno la familia de los trabajadores, la comunidad y por supuesto la sociedad.

 ¿Qué ha pasado en Venezuela?

Si  hacemos una retrospección de las empresas que han hecho Responsabilidad Social (en mayúsculas) como su nombre y definición lo indican, sean  locales o multinacionales que operan en el país, me sobran dedos de las dos manos para mencionarlas.

Creo que se han desarrollado numerosas actividades –por cierto muy importantes– vinculadas con lo que yo llamo acción social o desarrollo e involucramiento con la sociedad, que sin lugar a dudas es parte de la Responsabilidad Social, mas no Responsabilidad Social como un todo, entendiendo como su concepto:

“Responsabilidad de una organización ante los impactos que sus decisiones y actividades ocasionan en la sociedad y el medioambiente, a través de un comportamiento transparente y ético que contribuya al desarrollo sostenible, incluyendo la salud y el bienestar de la sociedad,  tome en consideración las expectativas de sus partes interesadas, cumpla con la legislación aplicable y sea coherente con la normativa internacional de comportamiento; y  esté integrada en toda la organización y se lleve a la práctica en sus relaciones”.[i]

Por otra parte, sigue existiendo en nuestro país la confusión entre caridad, filantropía (vinculada a las personas) y responsabilidad social. Ojo, no es que este criticando estas actividades; por el contrario, ante la situación que vive actualmente nuestro país y –por qué no– nuestro mundo, éstas  se hacen imperativas  y necesarias. Sin embargo,  las acciones filantrópicas por sí mismas no consiguen el objetivo primordial de integrar la responsabilidad social en la organización dentro de sus prácticas. 

A este respecto, cuando me refería a cuántas empresas existían que hubiesen abordado la responsabilidad dentro de sus prácticas diarias, me refería a cuántas han abarcado transversalmente las 7 materias de la Responsabilidad (Gobierno Corporativo, Derechos humanos, Practicas laborales, Medio Ambiente, Practicas justas de operación, Temas de clientes y consumidores y Participación activa y Desarrollo de la comunidad), cuántas han desarrollado programas de responsabilidad social vinculados al corazón de su negocio.

Cuando digo pocas, no quisiera ser injusta con el sector empresarial venezolano que tanto ha hecho por mantenerse a flote durante todos estos años en los cuales nuestro país se está viniendo abajo; todo lo contrario, estoy haciendo justicia a aquellas empresas que han entendido a través de los años, que la generación de empleo no es suficiente, que existe un capital humano que no debemos ignorar, que han entendido que vivimos en un mundo donde las personas tienen necesidades y que ser rico no es malo, por el contrario, ser rico es bueno si te lo has ganado con esfuerzo, ética y principios morales sin ignorar el derecho de los demás a una vida decente. 

Estoy convencida de que una causa importante –por no decir la más importante– que nos llevó a la situación en la cual estamos viviendo, es ese capital humano que fue en cierta forma ignorado durante tantos años por muchos –y no quiero decir empresarios, porque sería injusta–,  fueron ignorados por la sociedad como un todo y que vieron en la figura del llamado “socialismo del siglo XXI” la gran solución que los iba a sacar de la situación de pobreza y exclusión social en la cual vivían. Y el resto de la historia y sus consecuencias no hace falta que las diga….

¿El futuro?

Yo tengo fe en que esta lección que nos ha dado el pueblo sirvió y servirá para que sigan  sobreviviendo aquellas empresas que comprendieron la importancia de sus trabajadores y que los ayudaron y se comprometieron con ellos no solo para producir beneficios, sino para crear empleos dignos y con ello justicia social.

¿Un ejemplo de esto? El compromiso de la gente de Polar con su empresa, la “Garra Polar” es una prueba de que sí se puede ser Socialmente Responsable en Venezuela.

Perla Puterman S.
@FRSIberoamerica


Escrito originalmente para la Edición No 35 de la Revista RSE Venezuela


[i] Tomado de la Norma ISO 26000:2010 Guía de Responsabilidad Social