miércoles, 27 de enero de 2010

¿Certificación de la ISO 26000?

Quiero agradecer a Perla que abra el espacio para la discusión sobre la posibilidad de que la Guía ISO 26000 sea objeto de procesos de certificación. El que importantes organismos empresariales internacionales manifiesten su preocupación al respecto nos hace creer que hay intenciones en ese sentido, si bien el tema no aparece oficialmente en la agenda reciente de noticias de la organización; sí se ha planteado en cambio, a nivel local, por cuenta de algunas entidades de normalización. Me gustaría proponer una reflexión al respecto desde tres ángulos diferentes: el ético, el formal y el informal.


En el primer caso, no parece fácil explicar que un documento que desde el comienzo se ha manifestado en contra de la certificación y de la posibilidad de erigirse en barrera comercial, ahora dé un giro de 180° para ubicarse justamente en la posición contraria.

Desde el punto de vista formal, uno de los principios rectores en el desarrollo de normas es el consenso, que se considera inexistente en presencia de “oposiciones sostenidas” de alguno de los stakeholders. Si esa es la postura de los representantes de la industria, como parecen sugerirlo las comunicaciones recientes, ¿cuál es el futuro del debate?

Finalmente, desde la perspectiva informal, independientemente de la forma como se concrete un proceso de certificación a la sombra de la Guía ISO 26000, bastaría con que una empresa debidamente posicionada en el mercado decidiera tomar una decisión en tal sentido y darle publicidad, para que se inicie la cadena de certificaciones en el mercado. Entonces, todos los cuestionamientos formales pasarían a un segundo plano y el asunto sería en adelante un problema de competencia y competitividad.

No podemos desconocer el liderazgo que ha asumido ISO en la materia, que se refleja en su capacidad de convocatoria de los principales actores del escenario social en el mundo entero. Cabe por tanto preguntarse si no corre el riesgo de dar al traste con todo el proceso al promover –aunque sea tácitamente- la posibilidad de las certificaciones, y lesionar con ello su propia credibilidad. ¿No sería más bien la oportunidad para una revisión estratégica de las nuevas perspectivas de canalización del diálogo social a gran escala?

De la forma como la ISO gestione este debate dependen muchas y muy importantes consecuencias de orden político y social, en momentos en que los principales organismos multilaterales son fuertemente cuestionados por la pérdida de su capacidad operativa, mientras se hace más patente la necesidad de una intervención efectiva de su parte a nivel mundial.

Juan David Enciso Congote
http://www.empresaydesarrollo.blogspot.com/

martes, 19 de enero de 2010

Cámaras empresarias internacionales critican duramente a la ISO 26000

Cámaras empresarias internacionales critican duramente a la ISO 26000

Importantes organizaciones empresariales internacionales enviaron en noviembre último una dura carta a la Secretaría Genera de ISO en la que manifiestan una “honda preocupación” por el proyecto de norma y consideran “muy poco probable que se generalice su aplicación en el sector privado”. Los empresarios consideran que el texto resulta “demasiado complejo y de difícil lectura” y que “no se aplica a todo tipo de organizaciones y está claramente centrado en grandes empresas”. En su visión, si se mantiene este borrador el documento “gozará de poca aceptación, lo cual supondría una importante decepción, habida cuenta del tiempo y los recursos dedicados”. La carta de las patronales agrega que “la dificultad para entender y aplicar la guía disuadirá a las organizaciones de tan siquiera abordar la cuestión de la RSE”. El texto advierte también sobre “otro problema grave, que es el de la generalización del uso indebido de la ISO 26000 con fines de certificación”. Además, consideran que “dado que el beneficio principal de la ISO 26000 es de carácter social y no comercial, la versión final debería distribuirse gratuitamente en formato electrónico y con un precio muy reducido en formato impreso”. La carta está firmada, entre otros, por la Cámara de Comercio Internacional, la Organización Internacional de Empleadores, el Consejo de Empresas de la OCDE y la Asociación Europea de PYME.

“Somos conscientes de que la ISO está sometida a una presión considerable para finalizar la ISO 26000. El proceso del Grupo de Trabajo ha sido largo y difícil y nosotros, al igual que otros muchos, estamos deseando que finalice. Pero el principal objetivo no es simplemente finalizar el documento, sino elaborar unas orientaciones que sean útiles para la práctica de la responsabilidad social en todo tipo de organizaciones, según lo solicitado por el Comité de Gestión en la propuesta de tema de estudio que se presentó en Nueva York”, sostiene el documento.

“Esto requiere que el propio documento sea fácil de entender y que incluya recomendaciones que la mayoría de los destinatarios puedan asociar a sus actividades habituales sin necesidad de la asistencia de partes ajenas a la organización como pudieran ser auditores o consultores”, agregan los empresarios en la misiva que fue enviada con copia a la Secretaría Técnica de la ISO 26000 que lideran Suecia y Brasil.

El texto plantea también el “grave problema” de la generalización del uso indebido de la ISO 26000 con fines de certificación. A pesar de que en el texto se afirma claramente que la 26000 “no se ha concebido ni resulta apropiada para fines de certificación” y que “cualquier oferta de certificación, o solicitudes para obtener la certificación, supondría una interpretación errónea de la intención y el objetivo de la norma", una simple búsqueda en Internet de las expresiones “ISO 26000 certification” e “ISO 26000 audit” da lugar a más de 70.000 y 5.000 resultados, respectivamente, que son en su inmensa mayoría ofertas para la prestación de este tipo de servicios.

“Esta actividad "prohibida" de certificación y auditoría sólo puede servir para dañar la credibilidad de la ISO, socavar la utilidad prevista del documento y, en último término, crear resentimiento en la comunidad de usuarios”, advierten.

Los firmante, activos participantes del proceso, son Jean Rozwadowski, Secretario General de la Cámara de Comercio Internacional (CCI), Antonio Peñalosa, Secretario General de la Organización Internacional de Empleadores (OIE), Tadahiro Asami, Secretario General del Consejo de Empresas de la OCDE (BIAC), Hans Werner Müller, Presidente de la Asociación Europea de PYME (NORMAPME), Ross Wraight, Presidente de la Federación Internacional de Usuarios de Estándares (IFAN), Richard Sykes, Secretario Ejecutivo de la Asociación Internacional para la Conservación Ambiental de la Industria del Petróleo (IPIECA) y Charles Bowen, Director Ejecutivo de la Asociación Internacional de Productores de Gas y Petróleo (OGP).

La carta está dirigida a Jacob Holmblad y Michael A. Smith, Presidente y Secretario del Comité de Gestión Técnica (TMB) de la Organización Internacional de Normalización (ISO) y tiene copia a los funcionarios de la ISO 26000 Rob Steele, Secretario General, Jorge E.R. Cajazeira, Presidente, ISO/TMB WG SR, Staffan Soderberg, Vicepresidente, ISO/TMB WG SR y Jonathon Hanks, Coordinador del WG SR IDTF

Dos meses atrás ComunicaRSE se había hecho eco de una carta del Representante del Secretario General de la ONU para Asuntos de Derechos Humanos y Empresas Multinacionales, John Ruggie quien encontraba "incoherencias en ciertos enfoques del borrador" al vincular la responsabilidad social a un concepto tan ambiguo y manipulable como la “esfera de influencia”.

Dicho concepto también es criticado por el sector privado. Uno de los párrafos de la carta, que tiene fecha del 24 de noviembre de 2009, sostiene que "el excesivo énfasis en temas tales como las cadenas de suministro y las esferas de influencia", pone de manifiesto que la orientación facilitada no se aplica a todo tipo de organizaciones sino que está claramente centrado en grandes empresas.

Enero de 2010

Fuente: ComunicaRSE

http://www.comunicarseweb.com.ar/biblioteca/noticias-09/1124.html